El circo romano, lugar donde se hacían carreras y
espectáculos de lucha entre gladiadores del Imperio romano, tenía unas curiosas
costumbres.
Público reclamando la sangre del gladiador |
Los asistentes a estas batallas en el circo romano,
intentaban recibir sangre del gladiador que ganaba el combate, porque se creía
que así tendrían más salud y suerte. Las mujeres, con el sudor de los
gladiadores que vencían, elaboraban cremas para el cuerpo. Además pagaban
cuantías enormes para pasar una noche con un gladiador, algunas también pedían
que no se duchara después de los combates.
Aulo Cornelio Celso (25 a.C. – 50 d. C.), en uno de sus 8
libros llamados ‘’De Medicina’’, mencionaba que si un hombre epiléptico se
bebía la sangre caliente de un gladiador que había muerto recientemente, se
curaría de la epilepsia.
Se cree que durante el tiempo en el que se hacían esta clase
de espectáculos, murieron unas 500.000 personas y por encima de 1 millón de
animales.
Recreación infográfica del circo romano en 3D:
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