martes, 29 de octubre de 2013

Tipología de los agresores sexuales

Nicholas Groth diferencia en su tipología de agresores sexuales a menores a los agresores fijados y los agresores regresivos:

Los agresores sexuales fijados son también definidos como pedófilos. Éstos tienen una orientación primaria y exclusiva hacia los niños y reconocen esta atracción como un estado permanente y de carácter obsesivo. El interés por los niños comienza en la adolescencia y se mantiene a los largo de su vida. En ocasiones se casan para esconder su preferencia o incluso para llegar a tener mayor acceso a menores (hijos propios o de la pareja). En ocasiones adoptan un rol pseudoparental con su víctima y no suelen tener sentimientos de culpa, vergüenza o remordimientos. Sus abusos son premeditados y planificados.

Los agresores sexuales regresivos suelen tener una preferencia sexual hacia sujetos de su edad pero en una situación de conflicto o de tensión pueden sentir una atracción hacia el niño como una forma de liberar la tensión. El interés por los niños suele aparecer en su etapa adulta y puede no volver a repetirse. Tienen un escaso control de los impulsos, baja tolerancia a la frustración y pobre autoconcepto. Normalmente sólo se preocupan por sus propias necesidades y muestran escaso interés por las de los demás. Pueden no sentir ni vergüenza ni culpa, pero sí se preocupan por las consecuencias derivadas de ser descubierto y que suelen negar.
Esta diferenciación entre dos tipos de agresores es importante a la hora de valorar los factores de riesgo, el tipo de tratamiento y el pronóstico o posibilidad de rehabilitación.

Abuso sexual
Nicholas Groth (1979), también dividió a los violadores en función de la motivación básica que exhibían en la agresión.

Violación colérica (55% de los agresores): ocurre cuando la sexualidad constituye un medio para expresar y descargar sentimientos almacenados de cólera y rabia. El violador emplea más violencia de la necesaria para obligar a la víctima a ceder, debido a que la idea central de esta violación es dañar a la mujer tanto como sea posible.

Violación de poder (40% de los agresores): describe al agresor que quiere poseer sexualmente a la mujer, no quiere dañarla. Su meta es tener sexo, así que la violencia es del todo instrumental, solo emplea la violencia imprescindible para convencer a la mujer de que colabore. El quiere el control, experimentar estar al mando y tener a su merced a la víctima. Pero no quiere la gratificación sexual, sino demostrar que es lo suficientemente hombre para sí mismo.

Violación sádica (5% de los agresores): Incorpora tanto la sexualidad como la agresión. El agresor de esta categoría elige a sus victimas por que las encuentra semejantes a algo que el odia, que quiere destruir, normalmente siguiendo un ritual, donde pueda atarla, torturarla, y obligarla a que haga determinadas cosas. La experiencia de violar la excita enormemente, obtiene el hecho de degradar y abusar a la mujer.


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